Apareció pocos días después de que los de la rehabilitación colocaran allí las nuevas tuberías.
Desde entonces son incalculables los litros o mililitros que le ha malgastado a la deprimida Güirabo. Tampoco se summaryó si Acueducto conoce su existencia, aunque sería demasiada dejadez ante el insoslayable riachuelo artificial que humedece varias cuadras del reparto Hilda Torres.
Source: ahora.cu